Óscar era tan inocente y merecía tanta confianza al jefe del puesto policial, que no dudaban en apurar los interrogatorios en su presencia. Siempre teníamos excelente información de los sucesos de la zona. Un buen día, el diario decidió equipar a los corresponsales con un ordenador conectado a Internet. Se acababan las crónicas a mano, transmitidas por fax. Gracias a los conocimientos informáticos de su hija pequeña, y a horas y horas de edición telefónica, Óscar terminó redactando sus noticias en una sola página de word, con el lenguaje preciso y de forma ordenada pero, más que nada, con todo el color de la vida. Peltzer resumía que Martínez se había saltado a Gutenberg. Se había hecho periodista desde un sencillo quiosco, con la ilusión del principiante, pero ansioso por los comentarios recibidos desde Posadas. Demostró una increíble capacidad de aprendizaje a los cincuenta y tantos. Sólo necesitaba que alguien se pusiera sus zapatos.Paso de frontera entre Bernardo de Irigoyen y Dionisio Cerqueira, el punto más oriental de la República Argentina. Gracias Miguel por el recuerdo.
martes, 20 de julio de 2010
El periodista que se saltó a Gutenberg
No sé si es un caso para la historia del periodismo, pero vale la pena recordarlo, como lo hizo Miguel García San Emeterio en La Buena Prensa. Es el caso de Óscar Martínez, el periodista de Bernardo de Irigoyen (Misiones, Argentina) que se saltó a Gutenberg: pasó de las hojas manuscritas a la computadora.
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Historia,
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2 comentarios:
Me corrige Paco del Pino desde Posadas que Martínez es Óscar y no Juan.
Corregido. Paco ¡cuántos años!
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