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Magnetto no es Clarín. Es un enemigo mucho más fuerte y cuña de la misma madera. Fuma abajo del agua y no come vidrio. Es capaz de armar poder para oponerse al experimento despótico del matrimonio Kirchner. Su cáncer es acicate para la pelea porque ya no tiene nada que perder. Siempre ha sido así en la historia (a las batallas no las ganan las tropas más frescas ni las mejor pertrechadas). Para colmo los Kirchner son tan audaces como cobardes. Es lo que decía de otro modo en este post de hace unos días.
Es el momento de insistir -como lo adelantaba en un post de ayer- en que la pelea del poder es contra el periodismo. No quiere terminar con el monopolio sino armar el suyo propio. No les preocupa -no les preocupó- el Grupo Clarín; lo que les preocupa es el poder fáctico y crítico del Grupo Clarín. Si no fuera así nadie se ocuparía de Papel Prensa, ni de Fibertel, ni de la represa de José Antonio Aranda en el Ayuí Grande; ni siquiera existirían los medios de Sergio Szpolski, ni los programas de Diego Gvirtz, ni las cuchufletas de Héctor Timerman. Ellos ganan con la pelea como los fabricantes de armas lucran con las guerras.
1 comentario:
Muy BUEN POST. SALUDOS
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