La mayor sintonía, previa a la triste balacera, debe haber sido una escena robada de un guión de Almodóvar. Cuando los conductores empezaron a informar sobre la irrupción de un grupo vandálico al canal, iban contando con nerviosismo cómo avanzaban por las instalaciones causando destrozos y atacando a los funcionarios hasta llegar al control máster. Ahí, finalmente las tomas mostraron a un grupo de ciudadanos que, rompiendo una puerta de vidrio entran al lobby y se quedan dando vueltas, un grupo de ellos llega al set, y en lugar de provocarse una batalla histérica, de pronto el conductor estaba entrevistando a uno de los invasores, que agradecía el espacio.Estoy buscando esas imágenes para subirlas. Tengan un poco de paciencia.
Era una estudiante de derecho quiteña, María Alejandra Cevallos, quien con un discurso sereno y muy bien articulado, hizo un reclamo al Presidente por romper los acuerdos con los vetos, y por botar a la basura en 3 días el trabajo de todo un año. “Si los policías salieron a protestar, es que están inconformes. Es gente como nosotros. No venimos a matar solo quiero decir que también estoy cansada”. En ese momento algunos recordamos que justamente, la televisión pública es el espacio para la pluralidad y la diversidad que constituye una nación. La presencia pública, el espacio de representación legítimo de las diversas posturas tuvo que darse a la fuerza. No es justificable la forma, pero es legítimo el fin, expresarse como ciudadano en el espacio que le corresponde como ciudadano, el canal público.
miércoles, 6 de octubre de 2010
Una chica valiente
Es de lo mejor que he leído sobre lo que pasó con la información el jueves pasado en el Ecuador. El artículo de Enrique Rojas en El Universo del domingo. Resalto estos párrafos sobre la chica que irrumpió en el canal público de TV a reclamar libertad:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario