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Cubriendo el terremoto de Haití, 2010 |
Imagine que desde mañana su corresponsal favorito, Fulano de Tal, desaparece sin avisar del noticiero de su preferencia. ¿Cuánto tardaría usted en comentar a su pareja: “Epa. ¿Fulano de Tal ya no sale más?” Claro que eso no se lo deseo ni a usted ni a Fulano de Tal. Pero, vea, cuando la crisis entra por la puerta los corresponsales saltan por la ventana. El
Media Standards Trust ha sacado
las cuentas de la cosa: el número de noticias internacionales en cuatro notables diarios ingleses
(The Guardian, Daily Telegraph, Daily Mail y
The Mirror) se ha reducido un 40% desde 1979. Datos como ese hay mil más. '¿Sobran los corresponsales?', se pregunta por su parte
un excelente paper de la
Universidad de Oxford y el
Reuters Institute. Es una preocupación acertada y una pregunta mal hecha. No existe el genérico “corresponsal”. Existe el concreto
Robert Fisk en
The Independent, que localiza la carcasa de la bomba que estalló en un mercado de Bagdad y prueba que pertenecía a la US Air Force y no a terroristas chíies. Existe el concreto
Dexter Filkins de
The New York Times, que confirma su información con los comandantes talibanes afganos porque tiene sus números de móvil y… se le ponen al aparato. Existe el concreto
Joaquim Ibarz, que se arrancó cubriendo la guerrilla sandinista en la selva y lleva 30 años revelando los vaivenes de América Latina en
La Vanguardia.
Ahora los peajes de la vida han obligado a Quim a colgar la pluma y a descansar.
Corresponsales como Quim nunca sobran. Lo echo de menos.
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En la misión de la Universidad Católica Andrés Bello, barrio La Vega, Caracas, 2005 |
[Entrada adaptada de la columna publicada en el diario
Ara el 7 de enero de 2010]
2 comentarios:
Bueno. Es una cosa sabida que los "periodistas de raza", que se decía antes, están desapareciendo.
Интересное замечание.
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