Parece que no le gustaron las elucubraciones de Caparrós, que publica su sospecha en Twitter.
¿Quiere leer el artículo de Caparrós? Aquí está en el caché de El Argentino y en mil sitios más. Como siempre, la censura solo consigue lo contrario. Los empresarios proveedores de prensa del poder lo saben, pero no les importa. Ellos solo cobran y esa columna de Caparrós podría retrasar algún pago.
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