Hace meses, en un vuelo de Buenos Aires a Santiago de Chile, descubrí entre las nubes una guitarra de árboles en el medio del campo. Solo conseguí una pésima foto con el celular. Desde entonces la busco cada vez que viajo (una o dos veces al mes). Aquella vez no registré el lugar ni el tiempo que llevábamos volando: solo que todavía era una zona fértil de la Argentina y que iba sentado del lado derecho del Airbus 320 de LAN. Pero por las razones que fuera no la encontraba: no conseguía la ventana, estaba nublado, me quedaba dormido, el avión cambiaría de ruta... Hasta que el 5 de abril, con cámara nueva, la encontré en medio de la pampa argentina -al suroeste de la provincia de Córdoba- y subí la foto a Facebook.
Después fue fácil buscarla en Google Earth y saber un poco más. Pero lo que había en internet era realmente poco. Y me quejaba porque ningún diario ni revista había hablado jamás de esta guitarra de casi un kilómetro y 7.000 árboles de distintas especies.
Ayer por fin se ocupó... The Wall Street Journal (aquí en la versión de La Nación). Es un historión que levantaron las radios de Buenos Aires sin averiguar mucho más y que ya está por todas partes.
Las historias existen. Solo hay que encontrarlas.
De paso les muestro la foto del Aconcagua completo (6.962) que conseguí ese mismo día. Las condiciones erá únicas por la visibilidad y por la poca nieve, apenas iniciado el otoño en el hemisferio sur. Se ve desde la carretera internacional hasta la cima. Está en alta definición (clic > amplía).
6 comentarios:
Linda historia, Gonzalo, casi tanto como las ansias de hollar el Aconcagua. Pendiente un café/vino en las calles porteñas. Fuerte abrazo
Esto está a pocas horas de viaje de Capital Federal y tuvo que venir el Wall Street Journal a descubrirlo y publicarlo?.
Los editores de La Nación y Clarin, si tienen dignidad, deberían auto-despedirse.
Uno de los posts más bonitos publicados hasta la fechapor esta /gran) casa!
¡Buenísima la foto del Aconcagua! Felicidades.
Los que tenemos fobia a los aviones, nos da lo mismo pasillo o ventanilla: en ninguno de los dos lugares conseguimos historias porque vamos completamente empastillados. Una práctica que se ha vuelto un arte con las demoras y cancelaciones permanentes de Aerolíneas. Hay que encontrar el momento exacto en el que tomarse la pastilla. Las consecuencias de equivocarse pueden ser tremendas.
Buen post, lindas fotos.
cheers
Gracias Armando, de los tintos prefiero el vino...
Gracias Bradlee. Así es.
Gracias Ramón, muchas gracias.
Gracias La Maga, fue pura suerte.
Gracias JCD, podemos escribir la historia de la pastilla.
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