Sigo dando vueltas al tema y no encuentro otra solución que dejar la decisión en manos de los periódicos.
1. Cada periódico debe decidir sobre la coherencia entre su política comercial y su línea editorial. No es muy creíble el que combate la trata de personas y a la vez admite avisos de proxenetas...
2. No se puede regular la publicidad de oferta sexual desde el estado ni por medio de una ley mientras la prostitución sea una actividad lícita.
4. La prostitución explota la necesidad de una persona hasta ponerla en situación de perder su libertad. No creo que sea una actividad buscada por nadie o ejercida con total libertad.
5. Como cualquier otro delincuente, los proxenetas se esconden y se pasan el día pensando en su negocio. Si se prohibe la oferta sexual en los diarios, ya encontrarán otros modos de promocionar a sus empleadas.
6. El proxenetismo no se combate persiguiendo a Clarín o a otros periódicos que publican esos anuncios. Eso es combatir los síntomas y no la causa de una enfermedad. Sería como prohibir los autos porque hay accidentes (o suprimir la cama porque en ella muere la mayoría de las personas). Pero hace rato que el gobierno argentino está más preocupado por el relato que por la realidad.
7. En la Argentina todas las redes de prostitución están en connivencia con las fuerzas de seguridad, cuando no son regenteadas por los mismos policías. Terminar con el proxenetismo y el tráfico de personas es cuestión de voluntad política y esa voluntad no existe.
8. Es curioso que se diga tanto que los avisos clasificados y la prensa gráfica están en decadencia y que estos anuncios sean a la vez tan efectivos, crezcan y sean una fuente importante de ingresos para los periódicos que los publican. Es un ejemplo de long tail del que hay que aprender.
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