Hoy se siente uno dispuesto a agarrar el rábano por las hojas y afirma: la foto de portada/tapa del Guardian de hoy es un desastre:
Nada tengo contra Amelia Hill, la reportera cuya linda cara ilustra esa portada/tapa. Pero tengo todo contra el ombliguismo profesional de los periodistas. Además ¿por qué no aparece Nick Davies, el reportero que, con Ms Hill, siguió y persiguió el caso de las escuchas telefónicas que tiene contra las cuerdas a News International y de los nervios a la Met, la poli de Londres? Usted y yo sabemos por qué: la facha de Nick Davies vende menos, mucho menos. Pobre Nick. No hay derecho.
Dicho esto, le hago partícipe de que advierto la importancia de esa noticia –del rábano– y aprovecho para comunicarle que a uno le sigue pareciendo una barbaridad abrir la portada/tapa señalándose el propio ombligo (¡Mira Qué Héroes Somos!). Ni siquiera en tiempos de crisis.
Que las alternativas no sean mejores –salvo la excelente gráfica del Times– no justifica al Guardian:
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