"Cuando matan a Ferreyra, ¿quién abrió las preguntas que finalmente fueron respondidas por la Justicia? La prensa privada. ¿Quién le hizo las preguntas a Aníbal Fernández sobre la zona liberada que generó la policía? Longobardi", enumera Tenembaum y no elude referirse al caso Herrera Noble que involucra a la dueña del Grupo Clarín, para el que él trabaja. "La mejor cobertura fue la de Perfil y la de Graciela Mochkofsky en el libro "Pecado Original". Incluso en TN hicimos una cobertura muy favorable a que los hijos se hagan los análisis. Y las grandes investigaciones y denuncias sobre el grupo Clarín fueron hechas por la prensa privada: Julio Ramos, Jorge Fontevecchia, Jorge Asís en una novela y Jorge Lanata, que mandó un fotógrafo a sacarle una foto a Magnetto. En la prensa pública sólo hay obediencia".También destaco las opiniones de periodistas de diarios del interior, de esos que Magdalena Ruiz Guiñazú metió sin mucho criterio en la bolsa de los oficialistas. Entre ellas prefiero la pregunta que se hace Julio Rutman, de Radio Nacional Mendoza:
¿Quién tiene el poder en la Argentina?
Ahí está la esencia del problema. Denunciar los abusos del poder es misión de la prensa. Pero de todo el poder, no solo del político. Todos, pero sobre todo los medios del interior, dependemos de los anuncios de los que tienen poder. Y todos los que tienen poder han aprendido a usar la publicidad para inclinar la balanza de los medios y de algunos periodistas a su favor. Y los que les enseñamos a hacerlo fuimos nosotros que somos en gran parte cómplices de la misma situación que denunciamos.
El reportaje se completa con un artículo de Raquel San Martín, que también recomiendo, con abundantes citas de dos encuentros sobre periodismo militante o independiente. Destaco dos de Fernando Ruiz:
Así como hay medios oficialistas que tienen una mirada sesgada y militante, sin matices, hay medios opositores que hicieron lo mismo desde el lado inverso. Los contendientes se terminan pareciendo. Es la estrategia menos inteligente de los medios de comunicación independientes, porque se meten de lleno en el terreno de la política. Es cierto que los medios siempre han sido actores políticos, pero hay una dimensión profesional que respetar, y hoy muchos columnistas no hacen periodismo, sino política.
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La polarización es una técnica de acumulación de voluntades que da frutos políticos, por eso se mantiene. Salir de este enfrentamiento no es una decisión del periodismo. Otro problema es que el periodismo construido con fondos oficiales depende de la continuación de la guerra. Sólo tendrán fondos si la guerra continúa.