Esta es la respuesta que más me interesó en la larga entrevista de Jorge Fontevecchia a Horacio Verbitsky publicada por Perfil del sábado:
—¿Cómo interpretás el actual sistema de alianzas mediáticas del Gobierno, tan distinto al de la presidencia de Néstor Kirchner, que contaba a Clarín como su principal aliado?
—Cuando el gobierno de Kirchner firmó la prórroga de diez años de todas las licencias de radiodifusión, tanto radio como televisión, también lo cuestioné. Me pareció incorrecto porque tendía a cristalizar un panorama preexistente que no era el mejor. Cuando le concedió la licencia de C5N a Daniel Hadad, le dije a Kirchner que me parecía que era peor que Clarín. Y él me dijo: “Pero no tiene fuerza. Y yo necesito tener una vía alternativa para difundir las cosas que nosotros hacemos, porque si no, nos hacen un bloqueo informativo y hagamos lo que hagamos no se entera nadie”. Es una explicación. Todavía es verdadero que el conjunto mediático Clarín/La Nación funciona en tándem y es el demonio, y que el Gobierno no tiene un aparato de difusión equivalente. Si bien esa diferencia se ha achicado, primero porque Clarín y La Nación han perdido alcance y repercusión debido a su política de politización de la información. Yo podría decir hoy respecto de Manzano lo mismo que dije entonces respecto de Hadad. Si en algún momento a Cristina Fernández le interesara conocer mi opinión sobre el tema, yo le diría: “Manzano es peor que Clarín”. Y ella podría contestarme igual que Kirchner: “Pero es más débil”. Y yo no sé si tendría argumentos para refutar eso. Porque es real que Manzano es peor, pero es verdad que Manzano es más débil. Y que la posibilidad de tener una vía alternativa de difusión frente a un complejo mediático que censura, tergiversa, distorsiona, bloquea... Ningún gobierno puede despreciar eso. Estamos en la Argentina. No estamos en Escandinavia.
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