Me pidió Alberto Cairo una semblanza de Alejandro Malofiej para su blog de El País de Madrid. Le conté que en 1995 había escrito algo y que no tenía nada nuevo, así que actualicé ese escrito (donde dice "hace diez años" poner "en aquellos años" y esas cosas...). Pero enseguida me acordé que había quedado algo por contar. En 1995 me había guardado parte de la verdad porque podía afectar al mismo nombre de los premios. Es lo que pasa con los premios, las calles y los monumentos: como Pulitzer o Nobel, Malofiej ya es más un premio que un personaje histórico. Pero el dato no era irrelevante ya que explicaba la melancolía y hasta la mala salud de Alejandro, así que decidí contarlo: Alejandro no era hijo de su padre sino del dueño de la casa –principal y aristocrática de Buenos Aires– donde su padre trabajaba de jardinero y su madre fue institutriz. Así se publicó en Periodismo con futuro, el blog de Alberto. Y así lo subí a La venganza de Colón, porque es otra crónica de nuestra América mestiza.
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