El libro Redacciones: La profesión va por dentro (Sudamericana, Buenos Aires 2012) de Carlos Ulanovsky es una prueba -una más- de que existe el periodismo más allá de los soportes. Es un libro de memorias del paso por unas cuantas redacciones por la que Ulanovsky pasó durante sus ya casi 50 años de periodista, pero sobre todo es una lección de periodismo que se lee volando.
El periodismo existe desde mucho antes de que lo llamáramos así y antes, por tanto, de los periódicos que le dieron nombre y terminaron de forjar la profesión de los contadores de historias. No me voy a meter en cavilaciones -que por cierto ya escribí-, pero existe la profesión desde las mismas cavernas, cuando nadie escribía con fonemas. Y desde que existen los que cuentan historias también existen los que pretenden evitarlo o cambiarlas a su gusto.
Ulanovsky los llama periodistas de raza. Yo los suelo llamar genéticos. Es igual.
No hay una definición ni un adn precisos. El periodismo es una enfermedad incurable que no se padece: se disfruta. Y casi siempre con mucho dolor en el alma por no poder decirlo todo. Con el tiempo uno descubre que son los que nunca se llevaron bien con el poder, sea del signo que sea.
No hay una definición ni un adn precisos. El periodismo es una enfermedad incurable que no se padece: se disfruta. Y casi siempre con mucho dolor en el alma por no poder decirlo todo. Con el tiempo uno descubre que son los que nunca se llevaron bien con el poder, sea del signo que sea.
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