La prueba del desayuno es un estándar falso de la prensa norteamericana y de cualquiera que lo siga. Hace inútiles la vida y la muerte con la excusa imbécil de no arruinar el desayuno de los lectores. También es misión del periodismo estropear el desayuno de los lectores...
Pensaba que esta serie bien podría llamarse la guerra en blue jeans. Por cierto, una secuencia como esta es la excepción clarísima al principio elemental de la edición fotográfica: una foto grande vale más que dos pequeñas.
El País publica una reconstrucción de la pifia de la foto del no-Chávez intubado. Es una "extended version" de su nota de no-disculpas. Dejan para la historia perlas como esta, del propio director:
Creíamos tener verificada una fotografía que no habíamos verificado.
Lástima.
La columna del Defensor del Lector refunda toda la moral occidental desde los tiempos presocráticos para justificar una pifia tan fácil de evitar si hubieran seguido su Libro de Estilo: publico lo que tengo suficientemente verificado, esto es, con dos fuentes independientes entre sí. No importa lo que uno "cree" o deja de creer. Eso no justifica nada y menos que no aplicaran los criterios que cualquier periodista conoce y que su libro de estilo exige. El periodismo no es "creo" o "no creo", como sugieren el Director del diario y su Defensor. El periodismo se hace con certeza —"conocimiento seguro y claro de algo"— no con fe ni con conjeturas.
Ponerse a hablar del "abismo moral que existe entre error y manipulación" no tiene ningún sentido y mucho menos –me parece– con los lectores de ese diario. Nadie está juzgando sus intenciones.
En realidad, lo que provoca ese "abismo moral" es la arrogancia de tratar de vestir de seda la mona de un error tan fácil de evitar. Por favor, cálmense. La gente no es burra (aunque siempre quedan algunos ingenuos…). Se equivocaron. No será la primera vez, no será la última. Nos pasa a todos. Ya está. Como aquel: "Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir". El riesgo de seguir echando tinta de calamar es provocar la sospecha de que aquí hay algo más que un simple error.
Por gentileza de GP* (no, ese no; otro) les dejo otro buen ejemplo de cómo un diario pide disculpas:
De nada. Me queda la duda de cuánto tiempo pasaron pensando el titular "La foto que no debió ser publicada" en lugar del sencillo "Nos equivocamos".
El País pide hoy disculpas porque ayer editó en portada/tapa una foto de Chávez intubado que, en realidad, era una captura de vídeo de un señor cualquiera. La primera retirada –la edición ya estaba impresa y distribuída en buena parte– era esta:
(Olvidaron levantarla del Newseum). Y la de hoy, en la que se disculpan, es esta:
La disculpa viene enmarcada en rojo para que no se la pierda usted. De nada. ¿Sabe como pide perdón un diario después de una pifia monumental? Así:
Portada/tapa del 4 de agosto de 2000. Via AD*.
Verá que no es anónima. Viene firmada por el entonces Subdirector que se encargaba del área afectada por el error y que editó la información. El texto dice así (la traducción es mía):
Está equivocado el reportaje publicado en la edición de ayer de Correio Braziliense con el título "El gran negocio de Jorge". El reportaje explica que una empresa, DBO, asociada en secreto a otra llamada DTC, tenía un contrato millonario con el Banco do Brasil. Y que uno de los socios de DTC era el ex secretario del Palacio [Presidencial] del Planalto, Eduardo Jorge Caldas Pereira [el de la foto grande, N. del B.]. La información yerra en el nombre y la dirección de la sede de DBO y no ofrece ninguna evidencia de su vínculo con DTC. Tampoco fue firmado el contrato millonario con el Banco do Brasil, contrariamente a lo que Correio informó.
Sencillo, directo, claro. No hay más.
Correio Braziliense estaba una semana levantando la corrupción de un ministro y la siguiente en campaña para imponer pasos de peatones y la otra mostrando la miseria de las cárceles del país, etcétera. Su credibilidad era crucial, era el producto que vendían. Mostrar que sus errores no provenían de la mala fe o de la deshonestidad, sino de fallos profesionales explicables (pereza, ignorancia, mala edición…) es clave. Así que cuando se el diario se equivocaba, sus responsables lo decían sin disimular, corrigiéndose y, muchas veces, en el mismo tamaño y posición del error publicado.
Es el "judo de los errores": aprovechar la fuerza de las propias meteduras de pata para transformarla en fuente de credibilidad y confianza.
El País ha optado por esconderlo todo lo posible. Peor y menor posición en portada no hay. Agrava la cosa el hecho de que la su disculpa habla del asunto en tercera persona, como si el diario El País fuera una entidad ajena con un mero problema técnico. Echa toda la responsabilidad sobre la agencia Gtres, a quien compraron la imagen. Ellos, en cambio, no se hacen responsables de nada: explica que los ejecutivos de la redacción tuvieron presente el Libro de Estilo (citan: “las fotografías con imágenes desagradables solo se publicarán cuando añadan información”) y que hubieron de sostener largos y sesudos debates para decidir que la foto era un "documento informativo" y, por tanto, publicable.
Sigue la cosa: "El País acompañó la foto con un texto en el que advertía de que no había logrado verificar las circunstancias, el lugar o la fecha en que se había realizado la fotografía".
Esa frase significa al menos dos cosas. La primera, que aceptan el incumplimiento de elementales criterios y técnicas del periodismo profesional a las que se comprometen libre y públicamente. ¿Por qué no mencionan aquí el principio del Libro de Estilo sobre la necesaria verificación por dos fuentes independientes? ¿Será que el Libro de Estilo sólo es válido cuando les protege pero no cuando les acusa?
La segunda, parece que protestan. No les leemos bien, no prestamos la debida atención: "Sí, bueno, vale, claro… la publicamos. ¡Pero avisando de que no estábamos seguros!" Ahá. ¿Por eso la dieron en primera así de grande? ¿Porque no estaban seguros? ¿Debemos los lectores hacer las comprobaciones por ellos? ¿Para eso piden que les paguemos en papel y en pdf (en la web es gratis, pero ni gratuidad ni precio cancelan los principios y buenas prácticas profesionales)?
Si hasta el título es lamentable. "El secreto de la enfermedad de Chávez". ¿Qué secreto ni qué niño muerto? ¿Dónde está la noticia? Cuanto más lee esa columna más se pregunta uno dónde tenían la cabeza los editores de esa portada/tapa.
¿Cuantas veces aparece la palabra "error" en la nota? Una. En plural, eso sí. En la aclaración publicada ayer, al principio ni siquiera figuraba una disculpa, que fue añadida posteriormente… en el último párrafo. Surrealista.
Uno no esperaba las dieciocho páginas que publicó The Washington Post para aclarar lo de Janet Cooke ni los 43.072 caracteres de The New York Times tras el caso Jayson Blair. Ni falta que hace. Pero sí un poco más de respeto por la marca, por el periodismo y por los lectores.
El País no es un diario cualquiera. La pifia de la foto de Chávez dio la vuelta al mundo y el Gobierno de Venezuela ha anunciado acciones legales. Tampoco lo ningunearán pifias como la que nos ocupa. Lo que convertirá a El País en un diario cualquiera son, precisamente, estos disimulos de adolescente soberbio.
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A El País le engañaron con una captura de un video que circulaba en YouTube desde 2008. Escuece aceptar estas pifias. Y más cuando, previamente, tu comportamiento se ve, en retrospectiva, ridículo. Está de moda entre los diarios madrileños que los directores avisen en Twitter, pavoneándose, de las exclusivas que su diario lleva al día siguiente o cuelguen la portada. El director de El País se jactaba de la exclusiva ingenuamente (los comentarios no tienen pérdida):
El pobre Moisés Naim, politólogo de fama internacional y articulista del diario, se fió. No pasa nada. Cualquiera haría lo mismo.
Los tuits del director que aparecen en la captura han sido borrados de su TL. JRM* los rescató para la posteridad. Queda feo, más aun cuando publica la rectificación sin disculparse y firmando "via @el_pais", quitándose de en medio. Recuerda a esa caricatura de Julio César que hacen en Astérix, donde le presentan hablando de sí mismo en tercera persona.
La rectificación en Twitter de ayer (tuiteada una sola vez) también tiene su qué:
EL PAÍS pide disculpas a sus lectores por publicar una foto de Hugo Chávez que ha resultado ser falsa ow.ly/h5jkO
— EL PAIS (@el_pais) gener 24, 2013
EL PAÍS pide disculpas a sus lectores por publicar una foto falsa de Hugo Chávez.
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Algunos atribuyen el error a los 129 despidos de hace dos meses, que habrían deteriorado el periodismo de ese diario. Puede ser, pero a uno eso le parece bastante secundario. Quienes decidieron publicar esa foto y editar esa portada/tapa ya hacían eso antes de los despidos. Ninguno de los despedidos habría estado presente en el lugar de los hechos ni tampoco ejecutaron la portada unos jóvenes inexpertos.
Acéptenlo deportivamente: estas pifias ocurren en las mejores casas. Que se lo pregunten a The NewYork Times o a The Washington Post. Si no suceden con más frecuencia es, precisamente, porque los periodistas se comportan con profesionalidad.
Quienes lo dicen ¿no han trabajado nunca en un diario? Pues entonces. Un error quizá atribuíble a los despidos –que suelen dejar la edición deteriorada y redacciones de periodistas con menos experiencia, etcétera– es este del pasado jueves, gentileza de DS*:
Por ejemplo. Pero no un portadón con esa foto de Chávez. Es demagógico y/o oportunista aparecer ahora con el cuento de los despidos.
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Pero usted aún no sabe lo mejor. Ahí va:
Es la tradicional cabalgata de los Reyes Magos pero con el director de El Mundo en todas las carrozas. Yo esto, yo aquello, yo lo de más allá. Muy bien. Lo de siempre. Pero con veneno. Porque está escrito después de saber el terremoto interno por el que pasa El País, su enemigo, y pensado para demostrar que hay un director que sabe lo que hace –él, claro– y otro que no atiende a sus obligaciones. Es parte de la construcción del personaje.
El Jefe de Multimedia de El Mundo ofrece sus explicaciones y hurga gratis en la herida:
"Probablemente acuciado por las constantes exclusivas de El Mundo, el director del mencionado diario debía sentir la necesidad de sacarse un as de la manga. Una carta envenenada. Con toda seguridad, el debate interno no existió en este caso".
Protesto, señoría. Es especulativo. ¿Dónde están las pruebas y las fuentes de que el director de El País está "acuciado", etc., o de que no existió debate interno en este caso "con toda seguridad"? ¿Toda? Vaya. Más bien parece que "este caso" se obra del mismo modo que se critica a El País acerca de la dichosa foto. ¿Qué pasa, que en los blogs estamos excusados de hacer periodismo?
Dice el director de El Mundo que "en 33 años no nos han colado un confite así". Claro, claro, claro. Como El Mundo arrancó en 1989, deduzco que en esos "33 años" suma también los nueve anteriores —durante los que fue director de Diario16— en un continuo donde la vida de ambos diarios se confunde con la de su persona. El uso de la primera del plural o plural mayestático ("no nos han colado") es un lapsus calami fenomenal. Los periodistas que trabajaron para nuestro augusto personaje no le importan mucho. Dirá usted que precisamente los incluye en ese plural. Le replicaré que los de hoy no son los de hace 33 años ni los de hace quince. O es un lapsus o es un momento Gollum. Al menos no dice aquello de "la misma edad de Cristo".
En fin. Ya ve. Un director hablando de él en tercera persona y otro en plural mayestático. Así nos va.
Confites no les habrán colado… si se descuentan los que han aceptado o han fabricado. En Esta Casa les hemos dejado constancia de algunos. El penúltimo es de mediados de noviembre de 2012 y aún colea. Se basado en un "borrador de informe policial" que es tal porque la policía “está trabajando en la verificación de las denuncias”, como explica el propio diario en un editorial. Luego resulta que ese borrador no es oficial, no lo escribió nadie y, según ministerio, juez y fiscal, carece de validez. Ese papel fabricado sirvió para abrir varias portadas a todo trapo. Entonces ¿de qué se ríen en El Mundo? Cuando sus pifias sean noticia en The New York Times ya hablaremos. Maduren.
El País y El Mundo tienen muchas cosas de qué vanagloriarse y unas cuantas por reparar. Como todos los que estamos en este ajo. Dejen de hacer el ridículo con peleas de niñatos malcriados o con vendettas de mafiosetes de quinta. A trabajar.
Al ver de nuevo la tapa de Austral 12, el trabajo práctico de mis alumnos de 1992 que subí en el post en el que intentaba explicar la ausencia de Jorge Lanata en la celebración de los 25 años de Página 12, me acordé de aquella provocación que ellos mismos resaltaron arriba a la derecha.
Acabo de leer en la biografía de Luis Majul lo que le dijo a María O'Donnell cuando la contrató:
Si sabés escribir sujeto, verbo y predicado podés hacer periodismo; lo demás depende de vos.
En el mismo libro, en otro lugar, asegura que
para ser periodista no hay que estudiar comunicación social. Es mejor tener cultura general y mucha actitud. Lo demás viene solo.
Es lo que siempre pensé y no lo digo solo ahora.
Periodista no es una persona que estudió periodismo, como abogado no es una persona que estudió derecho ni médico una persona que estudió medicina... y así. Hay una confusión napoleónica en los títulos universitarios que vincularon profesiones con carreras universitarias. No es lo mismo abogado que licenciado o doctor en leyes, ni médico que licenciado o doctor en medicina... y otra vez así.
Periodista es quien encuentra historias donde los demás no ven nada y las sabe contar. Es un curioso impertinente y empedernido que hace cosas con las palabras. Es una persona con una pasión, aunque sea la de coleccionar mariposas. Lo demás es diploma con marco y medalla para colgar en una pared. Si coinciden el título con la profesión, mejor, sobre todo para médicos, arquitectos o ingenieros.
¡Ah! Y no se puede hacer periodismo sin periodistas...
El año pasado las ventas de ejemplares superaron a la publicidad en The New York Times. La revista New York tituló (fíjese como para ellos el diario es apenas el Times):
Está claro que fue gracias a las suscripciones a la edición digital del diario, pero quien agradeció a los queridos lectortes fue Jodi Kantor en Twitter:
Ahora lea este artículo de Margaret Sullivan en el propio Times. El hito ya pasó, ahora viene la montaña en forma de desafíos para 2013:
☛ How to deal with the cash that the Times Company gained in selling off some of its properties.☛ How to best capture the global market, including plans for a second foreign-language Web site. The future of the Times-owned International Herald Tribune is one significant piece of that puzzle.
☛ How to fend off vigorous competition from The Wall Street Journal.
☛ How to shore up print circulation and advertising, which still provide most of the company’s revenue.
☛ How to use data analytics to the company’s best advantage and capitalize on the monumental growth of mobile devices.
Pero lo mejor es lo que dice Mark Thompson:
The strategic challenge is, given the amazing asset of our formidable journalism, to make the connection between that and those willing to pay.
El desafío estratégico es conectar el asombroso activo de nuestro formidable periodismo con aquellos que están dispuestos a pagar por él. Amén.
Gracias a SSE por nuestra conversación a la distancia sobre éste y otros temas fenomenales.
El periodismo fue el taller en el cual García Márquez empezó a decantar algunas de sus obsesiones temáticas. Por ejemplo, lo real maravilloso, la soledad del poder, las nostalgias, las guerras civiles y los enigmas del destino.
En sus novelas y reportajes hay varias recurrencias comunes. El escritor, obviamente, le aportó mucho al periodista, tanto en su estética formal como en el hallazgo de los enfoques y las estructuras narrativas.
Lo adiestró en el uso de la sentencia reveladora y contundente, de la hipérbole extraordinaria; le enseñó a dosificar las cargas dramáticas, para que las narraciones resultaran más eficaces, le ayudó a descubrir el valor de la atemporalidad y la universalidad, dos de las virtudes superiores de su obra. Le sirvió para aprender a magnificar lo simple y hacer cotidiano lo grandioso.
García Márquez aprendió muy pronto que los datos básicos no cuentan toda la verdad: es necesario recrear la atmósfera, explorar la psiquis de los personajes, buscar el detalle asombroso. Ir, en suma, más allá de lo evidente.
El auto es uno de los peores lugares para leer un diario, pero el experimento, si es real, está bueno. Es de los diarios impresos belgas y está claro que en Bruselas no pasa nada nunca por que que no hay que esperar que los protagonistas no esperen que tampoco pase nada de nada.
Igual, lo difícil es atraer a los que no leen diarios, a los que se marean cuando leen en un auto, a los menores de 40, a los que no son gerentes de nada, a los que van en bus, a los que viajan en taxi...
Estoy leyendo el libro Lanata de Luis Majul. Sorprendido por las revelaciones -puede que sea un ingenuo, lo siento- de los capítulos 4 y 5 sobre los fondos para lanzar Página 12. Fue Enrique Gorriarán Merlo y el MTP (Movimiento Todos por la Patria, residual del PRT-ERP de los 70*) quien aportó el millón de dólares con los que Lanata fundó y mantuvo el diario desde su fundación el 26 de mayo de 1987 hasta el asalto al cuartel del Regimiento 3 de Infantería de La Tablada, el 23 de enero de 1988. Fernando Sokolowicz solo fue el frontman en la operación.
En 1992 Lanata decía que fundó Página con un palo verde (palo = millón en porteño básico). Es el recuadro de la portada de un trabajo práctico que hicieron alumnos de la primera promoción de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral:
Ahora solo sé un poco más. No juzgo el origen de los fondos: Jorge Lanata deja a salvo su libertad, como la ha dejado siempre y debería creerle. Pero...
...aunque vos no lo creas, no nos condicionaron para nada. Solo nos pedían publicar alguna columna firmada por alguien del MTP. No era una cosa orgánica. Ni yo le preguntaba qué tenía que hacer ni ellos me decían cómo hacerlo.
Ahora me explico por qué el día de la celebración de los 25 años de Página nadie nombró a Lanata, como si no huera tenido nada que ver con ese diario durante los diez años que lo dirigió. Entonces escribí Stalinismo en el siglo XXI. Todos los periodistas más o menos independientes se horrorizaron por esa reescritura estalinista de la historia y el mismo Lanata hizo pública una carta a Cristina Fernández de Kirchner (la principal oradora en el acto de la ESMA) en su programa Periodismo para Todos.
Ahora sabemos que el gobierno y sus amigos no reescribieron la historia porque están convencidos de que Página 12 era y es de ellos y se sienten mucho más fundadores y dueños del diario que Jorge Lanata. Para ellos Lanata no fue más que un muñeco o un idiota útil, como dicen que decía Lenín. Un buen día -quizá el mismo de la toma violenta del regimiento de La Tablada- Jorge Lanata se convirtió en el periodista que es hoy.
No creo que el libro de Majul termine de explicar cómo hicieron para recuperar Página 12 quienes celebraron su 25 aniversario. Y me temo que de eso sabe más Héctor Magnetto que Jorge Lanata.
*Partido Revolucionario del Pueblo y su brazo armado Ejército Revolucionario del Pueblo.
Me quedó dando vueltas una idea cuando escribí La vuelta de rosca del domingo pasado. Aparece ahí esta foto de la librería El Ateneo en el antiguo teatro Gran Splendid de Buenos Aires (Santa Fe casi Callao) que había sido elegida una de las 20 librerías más bellas del mundo por el sitio Flavorwire.
Me quedó decir entonces lo que digo cada vez que me encuentro con amigos en el bar montado en el antiguo escenario: me da mucha nostalgia -o lástima, o bajón nomás- usar un escenario para tomar café y un teatro para vender libros prolijamente ordenados en anaqueles. En Flavorwire me enteré que no es el único caso. También hay una en el antiguo teatro Chapters de Toronto (Canadá).
Las tres fotos me producen la misma reacción. Voy a intentar explicarlo...
El teatro es quizá el más antiguo medio de difusión (o de comunicación social): es la radio y la televisión antes de las ondas hertzianas y el cine antes de Lumière. La iglesia es algo parecido, tanto o más antiguo que el teatro si las que tenemos ahora son herederas de los templos anteriores al cristianismo, contemporáneos de los teatros y de los circos. Y qué quiere que le diga: me parece un desperdicio, una lástima, que en ese escenario del Gran Splendid tomemos café en lugar de aprovecharlo para que ensaye una orquesta o una obra de teatro. Mientras, otros compran libros o se sientan en los palcos a leer tranquilos y miran el ensayo o una obra y toman lo que quieren porque el bar está en otro lugar más lógico del teatro y les sirve donde quiera que estén. Es muy probable que esos artistas ensayen en sus casas o en la calle y actúen enfrente de los autos que esperan a que el semáforo se ponga verde de una vez.
Pero también la librería y la biblioteca son medios con todas las de la ley. Sin conocer las librerías Karma y Juana de Arco ya sabemos hasta los libros que venden. Las librerías y las bibliotecas también son negocios ideológicos (además de medios tridimensionales: un día lo explico) y han aportado lo suyo a mejorar el mundo, cada uno desde su punto de vista. Y las iglesias, templos, mezquitas, sinagogas... no digamos.
Bueno. Eso quería decir. Me da lástima ver el teatro convertido en librería, pero más me da ver La Scala, cercano al Gran Splendid, convertida en tienda de ropa mientras miles de artistas no tienen dónde actuar o tocar. Son medios perdidos, como un diario muerto porque no es capaz de encontrar lo que tiene que dar a su público o se empecinan en soluciones para lectores del siglo XIX.
El 21 de enero agrego la foto del escenario de la librería Beta, en la Calle de la Sierpe de Sevilla (España) de la que me entero gracias al cuarto comentario a este post.
El Secretario General de la Presidencia argentina, Oscar Parrilli, está saliendo al cruce de toda información que considera errónea o tendenciosa con comunicados furibundos en los que empieza descalificando al medio y a los empresarios -al mensajero- para después descalificar al mensaje:
Una vez más, los escribas de Héctor Magnetto utilizan las páginas del diario Clarín para construir una realidad que solo beneficia a sus oscuros intereses. Mediante la manipulación, tergiversación y distorsión de la información, mienten con el único propósito que persiguen desde hace más de tres años: presionar desde dicho medio para no cumplir con las leyes impulsadas por el pueblo argentino y sus representantes.
En una nota publicada, nuevamente y de manera ex profesa un día domingo por este matutino, donde se informa de manera malintencionada sobre el lugar de alojamiento de la señora Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner y su comitiva en la ciudad de Abu Dhabi (Emiratos Árabes), con motivo de la gira oficial por dichas tierras, la Secretaría General de La Presidencia de la Nación informa:
Ayer Clarín y hoy La Nación. Asociados en la mentira y la desinformación, y de manera alternada, ambos matutinos porteños han pergeñado una campaña estival de desprestigio del Gobierno nacional, manipulando la información con el único fin de encubrir sus mayores pecados: seguir incumpliendo las leyes. Por un lado Clarín sigue sin adecuarse a la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Por el otro, el diario La Nación, con 10 años de una cautelar incumpliendo con sus obligaciones previsionales
El campo está minado. Basta un pequeño error para que Parrilli o la presidenta de la nación cuestionen al medio y al mensajero. Pasó con la foto en la que la Clarín confundió a Beatriz Paglieri con Dalia Soto del Valle, la mujer de Fidel Castro (gracias CADL). En seguida viene el palo para Clarín, que la publicó durante unas horas y por error en su sitio de internet.
Es curiosa -todo hay que decirlo- la inocencia de los editores de Clarín que no se preguntan qué hacía Beatriz Paglieri en una reunión íntima de los Castro con Cristina Fernández o titulan lo del hotel más caro del mundo después de que en Presidencia le negaron la información del pago. Quizá por eso es evidente, para mi, la intención en ese título de Clarín, a la vez que no encuentro relación entre la nota de La Nación y las supuestas intenciones de sus editores, aunque es cierto que tienen que estar preocupados desde la nota de tapa de Horacio Verbitsky del domingo 6 en Página 12.
En el caso del hotel creo que no había ninguna razón para aclarar si lo pagaba el gobierno argentino o el de Abu Dhabi y no es ninguna noticia que un presidente se aloje en el hotel más caro de la ciudad que sea: es lo usual. Por eso, lo pague quien lo pague es un cañonazo al aire con munición gruesa de Clarín y es el motivo de la vehemencia del comunicado de Parrilli, pero igual no entiendo esa vehemencia porque le resta valor a sus comunicados y confirma que tienen una dependencia enfermiza de los diarios que denuestan. Para colmo Parrilli, en su furia, está mostrando las cartas a sus adversarios casi sin darse cuenta...
Es buenísima. Ricardo Darín habla de esta entrevista de la revista Brando (una Esquire argentina) de este mes...
...que provocó esta reacción de Cristina Fernández de Kirchner en su cuenta de Facebook.
Bueno. Ayer en el estreno de Tesis sobre un homicidio, la nueva película protagonizada por Darín, pasó esto entre el actor y Eduardo Feinmann, de C5N, el canal ofrendado al poder político por Cristóbal López, el empresario más favorecido por el gobierno... ¡Fantástico!
Y ahora, aquí abajo, aclaro que si Darín está pidiendo la escupidera, lo hace magistralmente también: en el lugar perfecto y con el periodista perfecto (en bastardilla porque Feinmann solo parece periodista, pero es otra cosa).
El reportero senior de Deportes de The Sunday Times firma este anuncio, publicado en el Chicago Tribune, a 10.000 kilómetros de distancia. El periodista sugiere a Oprah Winfrey algunas preguntas para hacerle a Lance Armstrong durante la entrevista que la popular presentadora norteamericana mantendrá con el ciclista.
Si el artículo era bueno y sigue siendo actual ¿por qué no publicarlo de nuevo?
Quizá alguna vez se hizo esta pregunta sobre alguna nota que costó, que salió buena y que pasó inadvertida para mucha gente por los motivos que sea. No es mala idea, si trabajamos de periodistas una vez más: es lo que suelo llamar la vuelta de rosca, que siempre encuentra un buen periodista en cualquier nota. Mucho más interesante y posible en un sitio de internet: basta con actualizarlo una y otra vez, sobre todo con este tipo de recuentos: los 10 mejores loquesea de este año que hasta pueden ser los mismos que los del año pasado.
Estas cosas pensaba cuando me encontré con The 20 Most Beautiful Bookstores in the Worldpublicado otra vez en Flavorwiregracias a la vuelta de rosca doble de los mejores artículos publicados en 2012 en Flavorwire. Una buena idea para resucitar/reciclar/refritar las mejores notas del año y que las lean los que se las perdieron. Confieso que lo encontré gracias a un tuit que anunciaba esta nota de Infobae.
Pero hay que entender la metáfora completa: las roscas dan lo que dan. Más es demasiado y ese es el error habitual del género.
Todos estos días y hasta hoy la noticia era que Cristina Fernández de Kirchner había alquilado un Global Express de una compañía británica para una gira de once días por el mundo que empezaba hoy en La Habana. El segundo título de esta nota de Perfil (un link de tema relacionado) lo dice bien claro y lo confirma esta nota de Página 12 o esta otra de Clarín.
Aunque la Presidencia de la Nación tiene cuatro aviones (un Boeing 757 200, dos Fokker F28 y un Lear Jet 60), ninguno de ellos puede salir del país por el peligro de ser embargados como la fragata Libertad, que fue retenida casi 70 días en el puerto de Tema (Ghana) por el exhorto de un juez de Nueva York. Pero cuando esta mañana llegó a La Habana, las fotos que aparecieron son las que usted ve arriba, tomadas de Perfil (ya la cambiaron), de Primera Edición (Misiones) y de Diario sobre diarios: CFK desciende de uno de sus aviones bastante abrigada para Cuba (hacían unos 17 grados).
No podemos saber si es una foto de archivo porque la presidenta argentina va de luto -siempre de negro- desde la muerte de su marido hace ya casi dos años y medio. La única otra foto que se difundió es la de abajo, en la que solo se ve un avión lejano y en la que ella está sin el abrigo y con una cartera que no parece ser la misma que la que lleva al hombro en la escalerilla.
Como hay dos fotos distintas, debería suponer que no es un error de alguien que decidió poner una foto de archivo sin aclararlo... sino la intención de alguien a quien le molesta que aparezca el jet privado que alquiló la presidenta argentina a una empresa británica.
Esta será la nueva cabecera de The New Republic, "la revista de a bordo del Air Force One", a partir del próximo 28 de enero:
Es un desastre. El nuevo dueño, Chris Hughes, 28 años, ex compañero de fatigas de Mark Zuckerberg en Facebook, multimillonario, es el promotor de estos cambios. Y dice que vienen más. Como todos sean así… ¡Marty, vuelve!
Repase algunos de los logos históricos de la publicación y se dará cuenta de que lo que viene es un desaguisado:
El especial sobre el décimo aniversario del 11-S, del 15 de noviembre de 2011
Para evitar el embargo de los aviones argentinos durante un próximo viaje al exterior de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno nacional decidió alquilar un jet privado (un Global Express 7000) ... a una empresa británica. Parece que fue The Sun el que publicó los detalles. Además dijo:
IT’S the height of hypocrisy.
Argentina’s anti-British leader shamelessly hires a British firm’s jet for her foreign travels because her own plane is liable to be seized to pay the tinpot state’s debts.
But such double-standards won’t bother crackpot Cristina Kirchner, the Argentine President whose rantings over the Falklands are designed to divert her nation’s attention from sleaze and corruption at home.
Loyal Falklanders, intent on staying British, need have no fears of being abandoned.
And how humiliating for Crazy Cristina to have to rely on a British company so she can fly the world badmouthing us.
Enojado ante esta información, el Secretario General de la Presidencia de la Nación, Oscar Parrilli, responsable del alquiler, acaba de hacer público el siguiente comunicado que confirma todo lo que dice... el bandido de Murdoch.
Ante versiones periodísticas del diario londinense de tendencia sensacionalista “THE SUN”, propiedad del multimillonario de medios Sr. Rupert Murdoch, relativo al alquiler “de manera ultra secreta y por un millón de dólares” de un avión para el viaje oficial de la Sra. Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner a los países de Cuba, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia y Vietnam, la Secretaría General de la Presidencia de la Nación detalla:
1) El Sr. Rupert Murdoch, titular del diario “THE SUN” fue condenado por escuchas ilegales y publicaciones de noticias falsas sabiendo que lo eran relacionadas con actores, personalidades y políticos del Reino Unido, beneficiando abiertamente en la campaña electoral al Primer Ministro David Cameron, al punto tal que funcionarios de su gabinete debieron renunciar frente al escándalo y complicidad con el Sr. Rupert Murdoch.
Se las paso en inglés, más por pereza de traducirlas que por otra cosa. Las puede ver en este excelente artículo de Hamish McKenzie publicado ayer en Pandodaily.com.