Yo trabajo 12 horas al día, y aun así quiero seguir escribiendo crónicas. Y no escribes por dinero ni por fama. Escribes para no estar triste.Es que es así nomás: algunos para no estar tristes se van a Disneylandia y otros escriben. Como en el resto del mundo, en nuestra América las historias están ahí, solo hay que encontrarlas y contarlas. Eso se llama periodismo y el soporte nunca le importó a nadie.
lunes, 18 de febrero de 2013
Escribir para no estar triste
Quizá este artículo de Leila Guerriero sirva para entender mejor la narrativa latinoamericana contemporánea (gracias a SSE). Cita a Daniel Titlinger, el periodista peruano cuyas crónicas puede encontrar en este blog que recoge crónicas de esas que valen la pena:
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1 comentario:
GP: Las crónicas de titlinger ¿son periodísticas o literarias? Aunque las comparaciones son odiosas, pienso en "Gonzo" Hunter o lo que escribía Vázquez Montalbán sobre Cuba: Hay crónicas que hurgan, interpretan y trituran la noticia, desde la antesala de la historia, la sociología y la política. Su peculiar manera de hacer esas tres cosas además de periodismo. Pero también las crónicas como recreación pajera de lo que veo en la contemporeidad. Una sublimación de la individualidad que tiene la fortuna de publicarse ¿A cuál se refieren?
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