Hollande, derecha, presidente de un estado real, y Schmidt, presidente de otro virtual |
¿Por que firma el presidente de Francia, François Hollande, con el de Google, Eric Schmidt, el acuerdo por el que el buscador se compromete a aportar 60 millones de euros a un fondo destinado a facilitar “la transición digital de la prensa”? ¿Por qué no firma el presidente de los editores de diarios franceses? ¿Es Google en un "Estado virtual", como lo denomina DG* en Clarín?
Firma Hollande –responde JA*– "porque la contrapartida de esos 60Meur de inversión es que no haya por ley una tasa Google. Y eso sólo lo puede firmar él, no los editores".
Deplorabilísimo.
Sencillamente, que firme Hollande le parece a uno una prueba clara de un chantaje mafioso disfrazado de acuerdo.
¿El gobierno de Francia deja de fabricar un hecho impositivo así nomás? Un impuesto –un gravamen sobre una actividad– se aprueba hace porque el Estado, que tiene el monopolio fiscal, quiere financiar algún servicio para la sociedad con la recaudación sobre el hecho gravado. ¿Qué ha ocurrido con Google entonces? ¿Han descubierto que no era necesario gravar al buscador porque los recursos para financiar lo que fuera vendrán de otra parte? ¿O la amenaza del "impuesto Google" era una simple medida de fuerza de un estado títere de los editores para sacarle los cuartos al buscador? ¿Estaban los editores usando el Estado para sus propios intereses y no para los de los ciudadanos? El presunto "daño" que hacía Google ¿se lo hacía a todos los consumidores y eso justificaba la intervención del Estado? ¿O es el acuerdo entre los editores y Google el que hace daño a los consumidores?
¿Qué pasará cuando 60 millones de euros les parezcan poco a los editores? ¿Volverán a hacer llamar llamar a Eric Schmidt al Palacio del Elíseo para que el Presidente de la República le haga una oferta que no pueda rechazar y obligarle a que se retrate por 80 millones, cien millones…? ¿Cuándo termina esto, si termina?
Este acuerdo es un apaño lamentable, del que son tan culpables Google –ceporros y aprovechados– como, sobre todo, los editores, que no han sabido innovar y ahora gravan al que lo hace.
Qué pena.
En un debate sobre la cosa, JAC* recordó esta frase de Thomas Sowell: "La política es el arte de conseguir que tus intereses egoístas parezcan intereses nacionales".
Este es el caso. Schmidt debe estar entrenado a estos tratos mafiosos, pues llegó a París, Francia, procedente de Pyongyang, Corea del Norte.
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