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Videla fue un dictador que usurpó el poder y ejerció el terrorismo de estado, pero no estaba solo. Y el viernes murió solo en su celda de una cárcel común. Hasta ahí la noticia. Detrás hay mucha historia de pasiones, de amores y de odios, de libertad y de autoritarismo, de democracia y de tiranía, de sangre y de muerte. Peor no está bien alegrarse de la muerte de nadie, ni en chiste. Tampoco es buena idea exacerbar la venganza, que se mezcló peligrosamente con la justicia en este caso como en otros relacionados con esa época de la Argentina.
El análisis más interesante que encontré no está en un diario sino en un blog. El que se come a un caníbal es otro caníbal y la Argentina necesita urgente que dejemos de comernos unos a otros. Y el periodismo debería ayudar...
El análisis más interesante que encontré no está en un diario sino en un blog. El que se come a un caníbal es otro caníbal y la Argentina necesita urgente que dejemos de comernos unos a otros. Y el periodismo debería ayudar...
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