Son los diarios Al Tahrir, Al Akhbar y Al Ahram (anteayer) de El Cairo. Ya sabe: hubo un golpe que la prensa apoyó. Más no entendemos. Bueno, sí: el cartel rojo de Al Tahrir dice VÁYANSE (está en la foto de Al Akhbar.
GP, muy bueno el posteo, por la tapa de esos diarios. A propósito de la prensa, quiero compartir esto que estaba pensando:
La prensa y la corrupción
La teoría clásica de la división de funciones del Barón de Montesquieu es conocida en todas las repúblicas. A partir de esa tesis vino la prensa como cuarto poder. Como presupuesto la prensa tiene fuerza unidireccional. Hoy puede hablarse del quinto poder, que está accesible a todos los mortales: las redes sociales. El quinto poder es un concepto reciente de este siglo; por un lado, refirió a la participación del Estado en la economía. Sin embargo, por otro lado el quinto poder creo que desplazó a la anterior postura; y en sentido estricto de contra-peso y control, las redes sociales pueden disparar información en sentido multidireccional –a todos- o como se dice en derecho contra-todos erga omnes; toda persona con acceso a una computadora conectada a la red –ya no digo puede- sino que ¡debe! estar en obligación de compartir la información. No es ningún descubrimiento que la prensa como poder tiene como función contra-pesar los arrebatos de los poderes clásicos –Ejecutivo, Legislativo y Judicial-; pero por eso, puede ser pasible de sufrir alteraciones en su composición o dicho llanamente: la prensa puede corromperse como se ve en los diarios de El Cairo, apoyando el quiebre constitucional. Por esa corrupción la prensa pierde su finalidad de contrapesar-controlar los arrebatos del poder. Y así se convierte en títere de un poder que maneja el discurso y que construye un relato moviendo los hilos de la transmisión del mensaje oficial a su mero antojo como lamentablemente me parece ocurre en Argentina. El periodista debe estar atento a quiénes son los que proponen la emisión del mensaje y no digo que se convierta en un demagogo de red social pero debe tener bien presente lo que en ella se dice siempre que se auto-regula minuto a minuto.
Todo bien Jolu, pero no creo que el periodismo sea el cuarto ni las redes sociales el quinto poder. Lo del cuarto poder es apenas una metáfora y ni siquiera llega a una buena idea. Los poderes del estado son del estado y se contrapesan y controlan (deberían serlo).
La prensa no es un poder, pero tiene poder. "Factor de poder" se decía hace años. Tiene poder como los sindicatos, la Iglesia, la Sociedad Rural, la UIA, los partidos políticos o las embajadas.
El poder corrompe y se corrompe, pero eso ya no era novedad en la época de Platón.
3 comentarios:
GP, muy bueno el posteo, por la tapa de esos diarios. A propósito de la prensa, quiero compartir esto que estaba pensando:
La prensa y la corrupción
La teoría clásica de la división de funciones del Barón de Montesquieu es conocida en todas las repúblicas. A partir de esa tesis vino la prensa como cuarto poder. Como presupuesto la prensa tiene fuerza unidireccional. Hoy puede hablarse del quinto poder, que está accesible a todos los mortales: las redes sociales.
El quinto poder es un concepto reciente de este siglo; por un lado, refirió a la participación del Estado en la economía. Sin embargo, por otro lado el quinto poder creo que desplazó a la anterior postura; y en sentido estricto de contra-peso y control, las redes sociales pueden disparar información en sentido multidireccional –a todos- o como se dice en derecho contra-todos erga omnes; toda persona con acceso a una computadora conectada a la red –ya no digo puede- sino que ¡debe! estar en obligación de compartir la información.
No es ningún descubrimiento que la prensa como poder tiene como función contra-pesar los arrebatos de los poderes clásicos –Ejecutivo, Legislativo y Judicial-; pero por eso, puede ser pasible de sufrir alteraciones en su composición o dicho llanamente: la prensa puede corromperse como se ve en los diarios de El Cairo, apoyando el quiebre constitucional.
Por esa corrupción la prensa pierde su finalidad de contrapesar-controlar los arrebatos del poder. Y así se convierte en títere de un poder que maneja el discurso y que construye un relato moviendo los hilos de la transmisión del mensaje oficial a su mero antojo como lamentablemente me parece ocurre en Argentina.
El periodista debe estar atento a quiénes son los que proponen la emisión del mensaje y no digo que se convierta en un demagogo de red social pero debe tener bien presente lo que en ella se dice siempre que se auto-regula minuto a minuto.
GP, le agradecería devolución. Abrazo. JOLU.-
Todo bien Jolu, pero no creo que el periodismo sea el cuarto ni las redes sociales el quinto poder. Lo del cuarto poder es apenas una metáfora y ni siquiera llega a una buena idea. Los poderes del estado son del estado y se contrapesan y controlan (deberían serlo).
La prensa no es un poder, pero tiene poder. "Factor de poder" se decía hace años. Tiene poder como los sindicatos, la Iglesia, la Sociedad Rural, la UIA, los partidos políticos o las embajadas.
El poder corrompe y se corrompe, pero eso ya no era novedad en la época de Platón.
Recibido GP, muchas gracias por la respuesta. Abrazo. Jolu.-
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