Hombre del poder, producto exótico de la cultura de la Transición, juguete de usar y tirar, menos poderoso y brillante de lo que realmente parecía, servil, disfrazado de outsider o de valiente estrafalario...Con estas y otras frases Hugo Martínez Abarca describe a Pedro J. Ramírez en su columna de Cuarto Poder. De lo más duro que he leído hoy sobre Ramírez, despedido ayer de su propio periódico.
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