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P. Con la gran cantidad de contenidos que circula por la Red sin clasificar, ¿crees que actualmente es cuando peor informada está la sociedad?
R. No. Esas frases categóricas de ahora o nunca antes son muy publicitarias. Es como cuando ponen lo de ‘nueva receta mejorada’ y te preguntas, pero entonces ¿qué me estabais dando hasta ahora cabrones? Igual la gente ha decidido informarse menos, aunque ahora lo que sí es cierto es que tienes la posibilidad de informarte bien. Pocas veces uno ha tenido la oportunidad en la historia de conocer la verdad sobre lo que está ocurriendo. Luego ya cada uno decide su grado de lectura en su tiempo libre. Encontrar la fuente veraz requiere un esfuerzo y un trabajo y, en estos casos, la responsabilidad es de quien decide hacerlo.
P. ¿Qué falta por inventar en periodismo?
R. Todo, más buenos periodistas imagino. Al final el periodismo es un tipo que va a preguntarle algo a otro. No es más. No somos neurocirujanos. Creo que aun queda hacerlo muy bien porque todavía no hemos hecho bien las cosas, como evidencia la desafección que existe hacia los periódicos. Lo hemos hecho mal. La gente no toma en serio a los periodistas por culpa de los periodistas. Con lo cual, hagámoslo bien. Tenemos las herramientas, la forma de hacerlo y sabemos cómo se hace. Cuánto más exacto sea el sistema de contraste, de verificación y rigor, mejor irá. Creo que todavía queda por inventar un muy buen periodismo.
...argumento que consiste en rechazar un razonamiento, o considerarlo falso, alegando la inconsistencia de quien lo propone. Es, por tanto, una variante de la falacia ad hominem, o de la falacia ad personam (cfr. Perelman) o ataque personal, mediante la cual se procura demostrar que una crítica o una objeción se aplica igualmente a la persona que la realiza, rechazándola sin entrar a analizarla. (Wikipedia)Gonzalo Aziz no atina a salir del tu quoque y retruca con lo de la buena fe. Bastaría con que agradeciera la respuesta y agregara "entonces usted acepta que no están haciendo nada con la ley de trata de personas". Pero a ese reflejo todavía no lo tienen los periodistas argentinos.