Almorzaba con un empresario pesquero de la Argentina. El hombre estaba interesado en los negocios del periodismo con la idea de invertir en medios, así que preguntaba con mucho interés en el restaurante del Yatch Club Argentino, en la dársena norte del antiguo puerto de Buenos Aires. Cuando le explicaba que esto no es cuestión de imprimir papel, propalar ondas o mandar tuits sino de sangre en las venas y fuego en el corazón, lo entendió enseguida. "Es como la pesca" me contestó. Y siguió: "tengo una flota de pesca de altura, barcos iguales que van a los mismos caladeros, pero unos capitanes pescan y otros no. Y no es cuestión de técnica ni de sabiduría sino de sangre y fuego..."
Se me ocurre que pasa de un modo u otro en todas las profesiones, pero me gusta la metáfora del pescador, porque eso es un periodista.
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