En Twitter aparece este clip donde Íñigo Errejón, secretario de Política y Área de Estrategia y Campaña del partido populista español Podemos, habla de aprobar una "Ley de Medios" para garantizar su "democratización".
Los lectores latinoamericanos de Esta Casa ya saben de qué va la cosa, pero acá no está tan claro e incluso puede parecer bien de bien.
Lo que Podemos propone es establecer "mecanismos de control público" para regular los medios y garantizar "la libertad de prensa, sin condicionantes de las empresas privadas o la voluntad de los partidos políticos". Así lo explicaba, el secretario general del citado partido, Pablo Iglesias.
Habrá que tener más detalles de esa propuesta, pues así formulada, sus objetivos sólo merecen alabanzas de uno.
De entrada, los referentes a los que alude (Venezuela, Ecuador, Bolivia ...) no son muy esperanzadores. Después de 23 años de trabajar en América Latina puedo decir algo sobre lo ocurrido en esos países.
Dejemos de lado que la situación de los medios allí no es la misma que aquí —que ya es dejar.
Lo que han logrado estas regulaciones es doble. Por un lado, sujetar los medios a la disciplina del aparato gubernamental de comunicación y propaganda (y del partido que lo sustenta) y/o cerrar los medios que se han resistido. Por otro, han promovido el mandarinato mediático de periodistas y ejecutivos cuyo único mérito, con alguna excepción, es su sometimiento a la nueva oligarquía gobernante, mientras que buen número de buenos profesionales se ven expulsados del sector por desafectos.
Ninguno de los medios promovidos por estos gobiernos o sus aliados ha hecho peores los medios privados. Los ciudadanos no los compran, no los ven, no los escuchan. Es el veredicto del pueblo, el plebiscito diario de la gente. Eso sí, esos gobiernos que se dicen "progresistas" y "populares" financian las pérdidas con el dinero de todos.
Es verdad que en eso no hay mucha diferencia con otros gobiernos "burgueses". Es verdad también que las empresas informativas no somos ángeles. Ninguna. Ahora bien, a la vista de los resultados, prefiero que los dueños de los medios sean "unos multimillonarios" (los mismos que han dado vuelo a Iglesias en sus medios) antes de que un gobierno o un Consejo de la Información "independiente".
Gente, hay una realidad política decisiva: las regulaciones que Iglesias propone y favorece no han subsanado los problemas del sector. Los han agravado. Los ciudadanos están peor servidos. Los diversos formatos de "control público" que se han probado ya sabemos como acaban.
El problema es real, Pablo e Íñigo, pero hay que tirar menos de prejuicios y pensarlo mejor.
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