jueves, 29 de junio de 2017
Buque insignia
Cuando le expliqué a un periodista que El Territorio no es un diario no me entendió, así que seguí explicando que El Territorio tiene un diario, para ilustrar la idea de que el diario es apenas uno de tantos soportes de una empresa periodística. "-Bueno, pero es el buque insignia", me contestó.
No sé si pensaba en la fragata Libertad, que es el buque escuela de la armada argentina, pero me gustó la idea y por eso la cuento. El diario es nuestra fragata Libertad, quizá el buque más conocido de la flota de mar argentina, pero no necesariamente su buque insignia, que es el del jefe de la flota, sea el que sea. La fragata Libertad no sirve para ganar batallas pero nadie niega su utilidad, como emblema y como tradición.
Sea o no sea el buque insignia, la Libertad es un buque escuela. Otra nota bien interesante de los grandes veleros de nuestras armadas, muy aplicable a los periódicos que integran una flota de medios bajo una misma cabecera.
Buena idea la de aquel periodista de la televisión pública de Misiones.
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martes, 27 de junio de 2017
El desplazamiento del eje comercial
Lea esta columna de Arcadi Espada en El Mundo de hoy. Los periodistas de diarios siempre hemos dedicado la mayor parte de nuestro esfuerzo a los títulos y sobre todo a los de la portada. Sabemos hace muchos años que la inmensa mayoría de los lectores solo ve fotos y lee títulos y que los que llegan al final de la nota son unos próceres que merecen monumentos en nuestras plazas. Pero como dice Espada, los títulos ahora no se cobran, son gratis, no porque cambió la ética de la profesión sino porque cambió el eje del negocio comercial del periodismo. Va el final:
Los periodistas deben asumir que la noticia y, más dolorosamente aún, la noticia exclusiva puede seguir siendo eje moral de la comunidad de lectores, pero ya no es el eje comercial. El eje comercial se ha desplazado, probablemente, del qué al cómo. Todos los elementos no automáticamente replicables del periódico, éticos pero también estéticos, es decir, lo que en términos generales puede llamarse la experiencia de lectura de un periódico, son los que van a caracterizar los únicos proyectos periodísticamente viables.
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lunes, 26 de junio de 2017
Wiener-Schnitzels con vino blanco
Lea esta nota de Miguel Wiñazki en Clarín de hoy. Relata el almuerzo de nueve editores que se encontraron en Viena en la reunión anual del GEN (Global Editors Network). Bueno, no todos son actualmente editores porque Rosental Calmon (el que toma la selfie) es profesor hace años y Carlos Guyot se está yendo de La Nación. No dice nada nuevo ni revolucionario Marty Baron cuando da con la esencia del periodismo:
Si fallamos en contar la verdad, los lectores no nos van a perdonar.El resto tampoco es novedad: "tengamos historias propias"; hay que medir pero "los principios son más importantes que las métricas"; tenemos que saber para quién escribimos, el periodismo de calidad es lo que hace fuertes a los medios...
Tampoco es nuevo eso de pasarla bien los periodistas hablando de periodismo, esta vez en un restaurante de Viena comiendo Schnitzels con vino blanco.
lunes, 19 de junio de 2017
El periodismo necesita una empresa
Copio el artículo de John Müller que con el título de este post se publicó hoy en los medios gráficos (y sus portales) de Vocento. El link es de Las Provincias de Valencia que es el único que puedo abrir (siempre hay una brecha en los muros de pago).
Un editor para el que trabajé hace muchos años tenía un cartel en su despacho que decía: «La libertad de imprenta es para los que tienen una». Entonces pensé que era una muestra de cinismo, pero con el tiempo he llegado a la conclusión de que era un recordatorio de que no hay periodismo sin empresa.
Es cierto que muchos se ilusionaron con lo que se llamó 'periodismo ciudadano' o con la refrescante irrupción de los blogueros, pero a la larga nada de esto ha sustituido la necesidad de estructurar empresas para sostener la difusión de informaciones, sea a través de diarios digitales o impresos, radios o televisiones, smartphones o tabletas. Ni siquiera la poderosa irrupción de internet ha cambiado el hecho de que el periodismo sólo se puede ejercer con verdaderas garantías en el marco de una empresa.
Y hablo de empresa en un sentido similar al de Ronald Coase, no me interesa tanto la búsqueda del lucro, siempre esquivo, como la compleja sumatoria de procesos, relaciones y transacciones que supone para cumplir su misión. De hecho, hay medios que se asientan en fundaciones sin fines de lucro, pero organizados como empresas.
Las nuevas tecnologías de la comunicación extendieron hasta tal punto los límites de la libertad de expresión que la confundieron con el periodismo profesional. Pero no hay bloguero en el mundo que pueda desarrollar en solitario una investigación que desafíe al poder como sucedió con el Watergate, con el 'caso Ibercorp' o con los 'papeles de Panamá'. Y no lo hay porque en el periodismo, aunque haya un firmante, un director o un columnista, siempre hay detrás un trabajo colectivo amparado en una marca.
Hoy nos encontramos con que algunas de esas empresas no tienen un futuro porque no han sabido adaptarse. Y muchas no han sabido porque han buscado la innovación en el sitio equivocado. Por ejemplo, en las redacciones. Es verdad que las redacciones son un lugar muy apasionante, pero no estoy seguro de que sea el más innovador.
Si repasamos los inicios de internet descubriremos que, en la mayoría de los medios de comunicación, el primer sitio al que llegó un módem y en el que hubo un correo electrónico fue en la sección de Documentación. Lo lógico es que ese departamento generara las innovaciones. Pero no ocurrió porque todo el mundo sabe que, salvo excepciones, en la prensa española a Documentación se le llama 'galeras' y ahí están muchas de las personas que el director no quiere ver en la redacción. (Sólo conozco un caso en el que Documentación generó una innovación, pero como carecían del prestigio de otros departamentos, los gestores dejaron de apoyarla y la idea -que nunca sabremos si era buena o mala-, murió).
Imaginemos que ese primer módem se hubiera instalado en otro lugar. En Publicidad y Marketing, por ejemplo. Quizá habrían sido capaces de generar un negocio en torno a los anuncios clasificados como Craiglist o de inventarse un Tripadvisor o un Booking. Y en Distribución y Logística ¿no habría surgido un Über o un Amazon? ¿Y a los de Atención al Cliente no se les hubiera ocurrido un Twitter?
A veces, como en las viejas bibliotecas, es imprescindible buscar en el lugar adecuado.
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miércoles, 7 de junio de 2017
Posverdad, mentira y noticia deseada
Les paso este texto de Miguel Wiñazki que me llega por correo electrónico desde Clarín con motivo del Día del Periodista (en la Argentina se celebra hoy). Wiñazki es profesor y licenciado en Filosofía y Fellow de la Universidad de Michigan. Es secretario de redacción y jefe de Capacitación Periodística del diario Clarín. También es presidente del Consejo Asesor de la Maestría en Periodismo del Grupo Clarín, la Universidad de San Andrés y la Universidad de Columbia. Es autor de once libros, entre otros La Noticia Deseada, Periodismo, Ficción y Realidad, Sobremonte, Moreno, el Fuego que inventó la Patria, La Sangre y la Infamia, La Locura de los Argentinos.
La mentira ha adquirido un nuevo eufemismo, la “posverdad”. Uno de los artilugios semánticos para definir lo que existe desde siempre, la falsedad deliberada.
El concepto se asocia ahora con las redes sociales que emiten sin chequeo noticias que “no son”, también denominadas “hechos alternativos”.
En rigor son engranajes de lo que definimos como “Noticia Deseada”, la que se instituye desde el deseo y no desde la constatación fáctica de su existencia.
La posverdad tiene en general un ciclo breve de existencia, como un insecto molesto de corta vida pero siempre dañina. Su diseño, un camouflage de la verdad, suele ser muy rústico, por ejemplo: “El Papa apoya a Donald Trump”. La afirmación es de inmensa banalidad, pero en los hechos esa mentira incidió durante un lapso en cierto sector del electorado norteamericano que lo creyó en principio.
El antídoto frente a las catapultas de mentiras que se disparan muchas veces con deliberación y alevosía desde las redes reside en la búsqueda periodística tradicional, circunscripta siempre a un protocolo del chequeo y de la verificación fáctica de cada suceso.
Los medios de referencia no pueden mentir sin hundirse rápidamente. Sin credibilidad se diluyen. En cambio el anonimato que suelen proveer las redes a quien quiera permanecer encubierto ofrece la posibilidad de continuar con los engaños y sin costos, porque esas simulaciones no tienen autoría, ni responsables visibles.
La lógica de la investigación periodística trabaja desarmando apariencias.
Porque efectivamente, las apariencias engañan.
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domingo, 4 de junio de 2017
El Territorio y las dictaduras
Copio la columna que se publica hoy en El Territorio:
Anteayer El Territorio cumplió 92 años. Aunque hace tiempo que no es un diario celebramos el nacimiento de esta empresa el día que salió el primer número del diario y eso ocurrió el 2 de junio de 1925.
Los diarios cuentan los años de vida desde el momento en que salen a la calle. No cuentan los meses o los años de gestación, cuando ocurren hechos bien concretos como la constitución de la sociedad editora, la llegada de los primeros empleados o la compra y puesta a punto de la planta impresora... lo que pasó antes de la salida del primer número es puro embarazo. También en esto los diarios son como seres vivos, con código genético y fuerza propia. Todos los días nos sorprenden ésta y otras cuestiones que tienen que ver con la industria del periodismo, pero sobre todo con los periódicos. La principal –y muy actual en la era en que todo se puede cambiar– es que hay que animarse a dejar testimonio en un soporte perdurable. Esa condición de los diarios es la base de su credibilidad, mucha o poca, que hoy trasmiten al resto de los medios asociados a su cabecera. El diario es el buque insignia, pero es uno de tantos barcos que componen la flota de El Territorio.
Toda la industria del periodismo, en el medio o soporte que sea, funciona con novedades difundidas en un molde bien preciso. Por eso el diario es todos los días exactamente el mismo y todos los días es completamente distinto. Hasta el próximo 2 de junio tendremos 92 años y seremos a la vez insolentemente jóvenes porque nacemos todos los días. Es otra de las cosas que sorprenden en un diario, pero déjeme contarle algo que probablemente no sepa:
Hace un par de semanas pasamos los 100.000 me gusta en Facebook. Quizá no le diga nada puesto así, por eso le explico que cien mil personas distintas ven todos los días los contenidos que El Territorio publica en Facebook y muchos de ellos entran al sitio de El Territorio desde allí. Más gente todavía llega por distintas vías al sitio web de El Territorio y no le digo nada si contamos los contenidos que se difunden por la radio y la televisión.
Me preguntaban el viernes, en una entrevista con motivo del aniversario, cómo vivió El Territorio los años de dictadura. ¿De qué dictadura? le contesté con una pregunta, porque El Territorio las soportó a todas. Cuatro años después de la fundación de El Territorio el general José Félix Uriburu derrocaba con un golpe de estado a Hipólito Yrigoyen y establecía la primera dictadura desde la constitución de 1853. En 1930 su fundador y primer director –Sesostris Olmedo– fue detenido y se impidió la salida del diario. En 1950 el gobierno de Perón apresó al segundo director, Humberto T. Pérez, que pasó casi todo un año en la cárcel de Villa Devoto. Entre los años 1975 y 1976 más de una vez atacaron con bombas incendiaras la antigua sede de la calle La Rioja. En 1980 sufrió la fuerte represión del gobierno militar con amenazas de cierre… Es parte de la historia de El Territorio, pero de nada de eso nos quejamos: las adversidades no hacen más que fortalecer a este ser vivo que es el diario.
Así es el periodismo, hoy más vivo que nunca debido al caos de la información que han producido las redes sociales al multiplicar hasta el infinito las fuentes. Y lo más grave es que han mezclado la verdad y la mentira en una maraña difícil de desentrañar. Para colmo los algoritmos que buscan nuestras preferencias nos dan solo lo que han averiguado que nos gusta, así que corremos el riesgo de perdernos muchas noticias que deberíamos conocer para tomar decisiones importantes. Ahora imagínese estas armas en manos de los autoritarios o de los que quieren manipularnos…
La misión del periodismo ha sido y será siempre la de satisfacer la necesidad humana urgente de conocer toda la verdad. Por eso hoy es todavía más necesario que en estos 92 años que ya cumplimos.
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Así es el periodismo
Anteayer El Territorio cumplió 92 años. Aunque hace tiempo que no es un diario celebramos el nacimiento de esta empresa el día que salió el primer número del diario y eso ocurrió el 2 de junio de 1925.
Los diarios cuentan los años de vida desde el momento en que salen a la calle. No cuentan los meses o los años de gestación, cuando ocurren hechos bien concretos como la constitución de la sociedad editora, la llegada de los primeros empleados o la compra y puesta a punto de la planta impresora... lo que pasó antes de la salida del primer número es puro embarazo. También en esto los diarios son como seres vivos, con código genético y fuerza propia. Todos los días nos sorprenden ésta y otras cuestiones que tienen que ver con la industria del periodismo, pero sobre todo con los periódicos. La principal –y muy actual en la era en que todo se puede cambiar– es que hay que animarse a dejar testimonio en un soporte perdurable. Esa condición de los diarios es la base de su credibilidad, mucha o poca, que hoy trasmiten al resto de los medios asociados a su cabecera. El diario es el buque insignia, pero es uno de tantos barcos que componen la flota de El Territorio.
Toda la industria del periodismo, en el medio o soporte que sea, funciona con novedades difundidas en un molde bien preciso. Por eso el diario es todos los días exactamente el mismo y todos los días es completamente distinto. Hasta el próximo 2 de junio tendremos 92 años y seremos a la vez insolentemente jóvenes porque nacemos todos los días. Es otra de las cosas que sorprenden en un diario, pero déjeme contarle algo que probablemente no sepa:
Hace un par de semanas pasamos los 100.000 me gusta en Facebook. Quizá no le diga nada puesto así, por eso le explico que cien mil personas distintas ven todos los días los contenidos que El Territorio publica en Facebook y muchos de ellos entran al sitio de El Territorio desde allí. Más gente todavía llega por distintas vías al sitio web de El Territorio y no le digo nada si contamos los contenidos que se difunden por la radio y la televisión.
Me preguntaban el viernes, en una entrevista con motivo del aniversario, cómo vivió El Territorio los años de dictadura. ¿De qué dictadura? le contesté con una pregunta, porque El Territorio las soportó a todas. Cuatro años después de la fundación de El Territorio el general José Félix Uriburu derrocaba con un golpe de estado a Hipólito Yrigoyen y establecía la primera dictadura desde la constitución de 1853. En 1930 su fundador y primer director –Sesostris Olmedo– fue detenido y se impidió la salida del diario. En 1950 el gobierno de Perón apresó al segundo director, Humberto T. Pérez, que pasó casi todo un año en la cárcel de Villa Devoto. Entre los años 1975 y 1976 más de una vez atacaron con bombas incendiaras la antigua sede de la calle La Rioja. En 1980 sufrió la fuerte represión del gobierno militar con amenazas de cierre… Es parte de la historia de El Territorio, pero de nada de eso nos quejamos: las adversidades no hacen más que fortalecer a este ser vivo que es el diario.
Así es el periodismo, hoy más vivo que nunca debido al caos de la información que han producido las redes sociales al multiplicar hasta el infinito las fuentes. Y lo más grave es que han mezclado la verdad y la mentira en una maraña difícil de desentrañar. Para colmo los algoritmos que buscan nuestras preferencias nos dan solo lo que han averiguado que nos gusta, así que corremos el riesgo de perdernos muchas noticias que deberíamos conocer para tomar decisiones importantes. Ahora imagínese estas armas en manos de los autoritarios o de los que quieren manipularnos…
La misión del periodismo ha sido y será siempre la de satisfacer la necesidad humana urgente de conocer toda la verdad. Por eso hoy es todavía más necesario que en estos 92 años que ya cumplimos.
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viernes, 2 de junio de 2017
La era de la singularidad
Súper interesante la entrevista de Alejandro Fantino a Jaime Durán Barba en el programa Animales Sueltos de anoche, muy útil si su negocio es el periodismo.
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Jaime Durán Barba
jueves, 1 de junio de 2017
La Unión de Catamarca vuelve a ser un diario
Ayer volvió a salir a la calle el diario La Unión de Catamarca (Argentina). La expresión diario de papel es un pleonasmo, por eso no llamo diario a un digital, que es lo que fue (y sigue siendo) La Unión desde el pasado 16 de noviembre hasta ayer, cuando volvió a salir a la calle bajo la dirección de Andrés Quiroga, catamarqueño de 28 años.
La Unión confirma la credibilidad del papel.
Gracias GP*.
Cerró el diario La Unión de Catamarca, en Paper Papers, 16/11/2016
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La Unión de Catamarca
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