El juego de palabras entre el verbo to watch (mirar algo en movimiento) que se escribe igual que el sustantivo watch para los relojes pulsera, le trajo un problema a los creativos, pero sobre todo a los editores y comerciales de la revista, que inadvertidamente colocaron el anuncio dentro de esta nota sobre el colapso de una familia por el consumo de abuso sexual infantil.
La revista estaba impresa cuando advirtieron el descuido. Salió a la calle con esta disculpa del Guardian:
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