lunes, 27 de enero de 2025

El País celebra que perdió 75 % de sus lectores



El País de Madrid celebró ayer los 400.000 suscriptores. La noticia está abajo, en el zócalo de la portada y explican que los 400.000 son significativos porque están igualando el número promedio de ejemplares vendidos en su récord de 1989. El récord fue de 450.175 pero el promedio de ese año se calcula redondo en esos 400.000.


En El País pueden celebrar lo que quieran. Solo quería hacer cuentas.

Se calcula (se calculaba) que un ejemplar de diario como El País era leído por 6,1 personas. Voy a redondear en 5, bastante por debajo, lo que da fácil 2.000.000 de lectores solo del diario de papel en 1989.

El sistema se suscripción implica la imposibilidad de leer El País si uno no es abonado, por lo que cada suscriptor se multiplica por uno.

Además, El País reconoce que hoy vende 29.000 ejemplares, que son parte de los 400.000, pero pongamos 30.000 para que la cuenta sea más fácil y a favor: son 150.000 lectores del print

Sumemos 370.000 + 150.000 = 512.000 contra 2.000.000

Ayer El País celebró que perdió 75 % de sus lectores. Vaya, que sus lectores están perdiendo la confianza en ellos. 



Falta el cálculo económico. Es otra historia, mucho más dura. Los dejo con este resumen de la celebración. Hay que verlo en YouTube porque en el sitio web de El País no va a poder hacerlo si no es suscriptor:

martes, 31 de diciembre de 2024

Lanata y la democracia

Ayer falleció Jorge Lanata en Buenos Aires. Baste decir ahora que tenía 64 años, que su salud era frágil hace mucho tiempo y que los meses de internación resultaron tan dañinos como los males que padecía. Y digo que basta con eso porque, aunque es toda una historia, no es la que quiero contar.

Lo que quiero contar es que el periodismo argentino salvó a la democracia argentina, y en esta tarea de próceres, Jorge Lanata tuvo, lejos, el papel más destacado entre los periodistas que lo fueron de verdad y que fueron pocos, bastante menos de los necesarios, cosa que dio a Lanata el protagonismo que tuvo, quizá sin quererlo.

A los 50 Lanata decía que ya era hora de dejar de lado los miramientos y empezó a decir por radio y televisión lo que pensaba, sin filtro. Tan sin filtro que fue el periodista que impuso el lenguaje que hoy ocupa casi todo el periodismo argentino, el que hablamos todos, aunque sea un poco zafado.

Después de la pelea del Grupo Clarín con los Kirchner, allá por marzo de 2008, Lanata tuvo el espacio y el capital que necesitaba para investigar la corrupción en el poder. Lo aprovechó al máximo en una emisora de radio y un canal de televisión del grupo. Pero tampoco importa ahora ese u otro programa de televisión o de radio, los diarios o las revistas que fundó, o los libros que publicó. Ni importa –no me importó nunca– cuál era el pensamiento político de Lanata y si coincidía o no coincidía con el mío.

Como todo ser humano, Jorge Lanata fue cambiando durante sus 64 años. Digan lo que digan de él, en la etapa de su vida que se quiera recortar, Lanata fue siempre fiel a lo que le dictaba su conciencia, formada de contrastar la realidad con su pensamiento, aunque eso le costara cambiar su pensamiento cuando estaba equivocado. No conozco tanto de su vida como para decir que hay algo que nunca hizo, pero igual me atrevo a decir que desde que cumplió 50 años, nunca adaptó la realidad a sus caprichos. Y su modo de acercarse a la realidad era como el de los artistas: pasional, fuerte, vital, enérgico. Por eso los artistas dicen verdades que nadie más puede decir y ven siempre más allá que el resto de los mortales.

Cuando digo que el periodismo salvó la democracia argentina digo también que no la salvaron los empresarios, ni los militares, ni los sindicatos, ni los jueces, ni las universidades, ni otras instituciones que podríamos suponer que deberían intentarlo. Mucho menos los políticos. Los medios, en general, no hicieron mucho esfuerzo, pero soy injusto si no cito el compromiso de dos empresas periodísticas: La Nación y Clarín. Y para seguir siendo justo debo decir que, mientras le convino, Clarín fue socio de quienes atentaron contra nuestra democracia intentando instalar el socialismo populista en la Argentina.

La democracia argentina, pero también la de cualquier lugar del mundo, necesita periodistas apasionados por la verdad, como Lanata. Donde flaquean las instituciones, como ocurre a menudo en nuestra América, ellos son la mejor garantía para la democracia.

domingo, 29 de diciembre de 2024

Así se corta una foto


Poco más para decir. Solo que sigue al pie de la letra el consejo de Tim Harrower: corte sin piedad y agrande sin vergüenza.

lunes, 9 de diciembre de 2024

El periodismo en la era de la política cuántica

Ayer estuvo Alejandro Fantino en La Cornisa, el programa de Luis Majul en LN+ (el canal de noticias de La Nación). Como explica algunas realidades de la actualidad del ecosistema informativo argentino y occidental, que trataba de demostrar en este post de hace unos días, creo que vale la pena dejarlo en este lugar.

viernes, 29 de noviembre de 2024

La foto del surfer volador


La foto es conocida y puede ser la foto del año. L'Équipe, el magazine de los viernes del diario deportivo francés del mismo nombre, ha editado muy bien en esta portada de su número especial de fotos deportivas, en el año de los Juegos Olímpicos de París.

La foto es de Jérôme Brouillet (AFP) y el surfista es Gabriel Medina, brasileño, cuando sale de un barril en la playa de Teahupo'o, en Tahití (Polinesia Francesa).

Como siempre –casi nunca estas fotos salen por azar– el fotógrafo, que vive en Tahití y también es surfista, sabía que Medina hace estas cosas y lo estaba esperando.

viernes, 8 de noviembre de 2024

Jeff Bezos tenía razón

La elección que terminó el martes pasado en los Estados Unidos ha dejado varias consecuencias que me parece interesante revisar desde el periodismo.

1. En plena campaña el dueño del Washington Post decide que ese periódico no va a apoyar a ningún candidato porque entiende que los periodistas están hablando de ellos mismos y no de lo que a la gente le interesa. La decisión sorprende porque el WaPo siempre apoyó a los candidatos demócratas y provoca críticas y protestas de periodistas como Martin Baron, antiguo Director del periódico, que calificó de cobardía la actitud de Jeff Bezos. Visto después de la elección, Marshall McLuhan diría que Bezos es el Michael Faraday de nuestra era, porque vio lo que los periodistas no ven, y lo vio por no estar encasillado en las categorías endogámicas y escoradas hacia el falso progresismo de la profesión y de la industria.

2. Muchos –diría que casi todos– los periodistas y sus medios apoyaron a Kamala Harris, pero atacando a Donald Trump, de quien dijeron que es fascista, populista, nazi, antidemocrático, monstruo, criminal... Les subo estas portadas, anteriores a la elección, como botones de muestra:





Era bastante evidente que la inmensa mayoría del ecosistema periodístico estaba en contra de Donald Trump, pero también se ve que tenían la esperanza de que se podía evitar lo que resultó inevitable. Lo loco es que fueran progresistas y pensaran que podían cambiar la elección con lo que aparecía en sus medios anticuados. Y también es loco que pongan el grito en el cielo cuando Trump los insulta.

Su Majestad The New York Times dio la noticia del triunfo de Trump recordando en la bajada del título principal que el nuevo presidente es un forajido y un criminal.


3. La elección ni siquiera fue ajustada. Cuando esto escribo, Donald Trump aventaja por 295 a 226 electores a Kamala Harris; el Partido Republicano se quedó con la mayoría del Senado y está a punto de hacerlo también con la Cámara de Representantes. El mapa de todo el país –condado por condado– se tiñó del color republicano. 


4. Fuera de todo análisis político, no cabe duda de que Jeff Bezos tenía razón. Los periodistas están muy lejos de la realidad, con una agenda endogámica que no es la de la mayoría de la gente. Escriben y dicen lo que a ellos les gusta o les gustaría que ocurriera y no lo que pasa de verdad. Es la tiranía de la noticia deseada de las elites pseudoprogresistas, que tenían de rehenes a las verdaderas mayorías, esas que no salen a la calle a manifestarse, pero gracias a las redes sociales pueden alzar su voz de otro modo. Son muchísimos más –con una diferencia de 10.000 o 100.000 a 1– que los que van a las plazas con pancartas ajadas y tambores desfondados, para aparecer en las fotos de los periódicos o detrás de los micrófonos de los movileros, y para colmo son siempre los mismos.

5. Es el gran problema del periodismo de nuestro tiempo, que en esta casa hemos denunciado hasta el cansancio. Está encerrado en su propia burbuja, dándonos consejos como si fuéramos tan imbéciles que les creemos. Mientras la agenda del periodismo y los medios no sea la de la gente, las audiencias no responderán. Y lamento comunicarles que no tienen resto para cambiar porque los medios del futuro ya son de otros.

Bonus track, ahora sí, con análisis político

Fue la política la que contagió de endogamia autorreferencial al periodismo y lo alejó de las preocupaciones reales de la gente. Y a su vez, fue el periodismo el que contagió a la política con su falso progresismo, su equilibrio mentiroso, su centralidad trucha... Esa moderación bienpensante se repitió en los gobiernos de nuestros países cada vez que ganaron las elecciones las alianzas dizque de centro debido a los fracasos del socialismo del siglo XXI. Pero el centro moderado y gradualista (duranbarbista) no sirvió para ahuyentar al socialismo. Al revés: sirvió para que volviera recargado, menos moderado, más cínico y autoritario, y capaz de cualquier cosa para mantenerse en el poder, hasta de asociarse con el crimen organizado.

La novedad de Donald Trump, Javier Milei, Nayib Bukele, Viktor Orbán o Giorgia Meloni –cada uno con su realidad y su estilo– es que a las izquierdas ya no se las enfrenta desde ese centro acomplejado sino desde la derecha sin complejos, que los que la van de moderados se empeñan en prefijar con ultra y extrema, cuando no adjetivar como fascista sin ninguna vergüenza.

¿Se entiende ahora por qué los líderes de la nueva derecha hablan pestes de los periodistas y de los medios?

jueves, 7 de noviembre de 2024

Super Deporte y la agenda valenciana

No solo el Marca de Madrid se convirtió por unos días en popular generalista debuda a la DANA en la Comunidad Valenciana. También Super Deporte de Valencia, en algunos casos buscando siempre el dato deportivo. Subo la portada del día anterior, típica, endogámica, de la entrega del Balón de Oro.

29 de octubre


desde el 30 de octubre hasta hoy: